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Un paseo en Trujillo

De palacios a castillo: fachadas, patios y vistas en Trujillo

LocoLoco
2.6 km
37 min
5

Descripción

Acompáñanos en un paseo relajado por el centro histórico de Trujillo: empezarás en el Palacio Chaves, una imponente casa señorial con su característica fachada de piedra y balcones adornados, que refleja la vida de las familias nobles de antaño. Seguimos hacia la Iglesia de San Francisco, que fue un antiguo convento franciscano; aquí encontrarás un tranquilo patio interior, donde a menudo se celebran pequeñas exposiciones o eventos culturales — un lugar perfecto para tomar un respiro. Muy cerca está la Casa del Sol, en la Plaza Mayor, una majestuosa vivienda renacentista con una fachada destacada que luce un reloj solar o un escudo, ideal para sacar fotos. A un paso, el Parador de Trujillo, un hotel de lujo instalado en un edificio histórico, te invita a descansar o disfrutar de un momento cómodo antes de continuar. El Palacio de los Duques de San Carlos impresiona por su opulencia barroca y sus escudos llamativos, una clara muestra del legado aristocrático de la ciudad. Para terminar, la ruta te lleva hasta el castillo de Trujillo: esta fortaleza medieval en la cima de la colina ofrece vistas panorámicas del entorno y sus diversas fases constructivas cuentan la larga historia de la región.

Palacio Chaves

Echa un vistazo a esta esquina tan particular del Palacio Chaves: ¿alguna vez has visto un edificio donde una esquina es a la vez una puerta y una ventana? Eso es lo que hace que este palacio sea tan especial y único en el mundo. Esta peculiaridad arquitectónica data de 1570, cuando Isabel Mendoza, viuda de Martín de Chaves Calderón, encargó su construcción. El arquitecto Francisco Becerra creó aquí algo realmente extraordinario.

¿Sabes cómo logró sostener esa esquina tan poco común? En lugar de usar muros sólidos, Becerra apostó por arcos apuntados góticos que descansan sobre pilares rectangulares, una combinación ingeniosa de estabilidad y estilo poco habitual. La entrada está enmarcada por un alfiz sencillo y coronada por un frontón clásico renacentista que muestra los escudos de las familias Chaves y Mendoza, un pequeño detalle que habla mucho sobre la historia y el orgullo de sus antiguos dueños.

Hoy en día, el Palacio Chaves no solo es un edificio histórico, sino también un hotel que mezcla historia y comodidad moderna. Con solo siete habitaciones dobles, ofrece un ambiente íntimo, ideal para quienes buscan algo especial. Las habitaciones varían en tamaño y equipamiento, desde opciones estándar hasta superior, para adaptarse a todos los gustos.

Imagínate poder alojarte aquí y dormir rodeado de más de 450 años de historia. El hotel abre todos los días de 9 a 22 horas, y en verano puedes disfrutar de la piscina desde finales de junio hasta mediados de octubre, de 12 a 21 horas. Los precios comienzan en 78 euros para una habitación doble estándar, y los fines de semana hay un suplemento de 20 euros.

El Palacio Chaves está en pleno corazón de Trujillo, una ciudad famosa por su arquitectura impresionante de los siglos XV y XVI. Aquí se fusionan elementos góticos y renacentistas de manera fascinante, y este palacio es un ejemplo perfecto. Paseando por sus calles, sentirás muy cerca la historia de España, en pleno vibrante entorno de Extremadura.

Entonces, ¿qué es lo que más te atrae de un lugar histórico así? ¿La arquitectura, las historias de las personas que vivieron allí, o la idea de formar parte de esa historia? El Palacio Chaves te invita a descubrirlo.

Iglesia de San Francisco

Nos encontramos frente a la Iglesia de San Francisco, un edificio que impresiona no solo por su tamaño, sino también por su historia que se remonta al año 1502. ¿Sabías que la construcción de esta iglesia fue aprobada personalmente por los Reyes Católicos? Querían ofrecer a los frailes franciscanos del Tercer Orden de Trujillo un lugar donde pudieran vivir y desarrollar su labor.

La obra tardó casi un siglo en completarse: no fue hasta el año 1600, durante el reinado de Felipe III, que la iglesia quedó terminada. Algunos de los canteros más reconocidos de la época, como Pedro de Larrea y Francisco Becerra, participaron en su construcción. Su estilo se refleja en los detalles artísticos que adornan el edificio.

Mira la fachada: el arco de medio punto con las piedras clave en forma de rayos y el doble arco de medio punto son no solo elementos arquitectónicos destacados, sino que también exhiben los escudos de la ciudad de Trujillo y de Carlos I de España. Estos símbolos narran la estrecha relación entre la iglesia, la ciudad y la corona.

En el interior encontrarás obras de arte fascinantes que han perdurado durante siglos. Un crucifijo del siglo XIV y una pintura de la Virgen de Guadalupe del siglo XVII son solo dos ejemplos. El altar mayor de estilo barroco llama especialmente la atención: está dividido en tres secciones verticales y rico en motivos vegetales, siendo una verdadera obra maestra artesanal de la época.

Una pregunta que surge es: ¿por qué la iglesia tiene una torre esquinal octogonal y de tres pisos? Esta forma inusual es un sello característico que hace única a la Iglesia de San Francisco. En el siglo XVIII se remodeló el claustro, se levantó la cúpula y se cerró el tambor, lo que refleja cómo el edificio ha evolucionado a lo largo de los siglos.

Hoy en día, la iglesia no es solo un monumento histórico, sino también un espacio vivo de fe. Desde 1911, los carmelitas se encargan de la iglesia, y en 2009 fue restaurada para asegurar su estructura.

Si observas con atención, puedes ver cómo la arquitectura refleja la transición del estilo gótico al renacentista, una combinación fascinante de tradición e innovación que hace que esta iglesia sea tan especial.

Y seamos sinceros: ¿quién hubiera imaginado que en la esquina de las calles Independencia y Gamarra te esperaría tanta historia y arte? Un lugar que no solo conserva el pasado, sino que sigue vibrando en el presente.

Casa del Sol

Fíjate en esta fachada: es la Casa del Sol, una auténtica joya histórica en pleno Cáceres. Fue construida en el siglo XVI y ha sido testigo de muchas historias desde entonces. Lo que más llama la atención es el gran escudo familiar con el sol. ¿Te has preguntado alguna vez por qué el sol aquí es tan especial? Tiene 16 rayos, de los cuales ocho están atravesados por cabezas de dragones o serpientes, algo bastante inusual, ¿verdad?

Encima del escudo hay un casco que le da aún más carácter. Fíjate bien: la puerta está enmarcada por un 'alfiz', un marco decorativo que resalta el arco. Es un elemento típico de la arquitectura de esa época y le da una apariencia muy característica a la entrada.

En la parte superior de la fachada encontrarás una pasarela semicircular con saeteras en forma de cruz. No solo es un detalle visual impresionante, sino que también nos habla de la importancia de la defensa en aquel entonces, aunque hoy nos cueste imaginar que aquí se libraran batallas.

Pero la Casa del Sol no es solo un edificio bonito, también tiene una función muy interesante: actualmente alberga un archivo con documentos sobre América y Filipinas. Estos tesoros son gestionados por los Padres de la Preciosa Sangre y cuentan historias de tierras lejanas y tiempos pasados.

Así que la próxima vez que pases por la Casa del Sol, recuerda: detrás de esta fachada hay mucho más que piedra y yeso: aquí se entrelazan arte, historia y un toque de aventura. ¿Te imaginas qué relatos podrían contar aún estas paredes?

Parador de Trujillo

Estamos frente al Parador de Trujillo, un lugar realmente especial en el corazón histórico de Trujillo. ¿Qué lo hace tan interesante? Antes no era un hotel, sino un convento franciscano del siglo XVI, conocido como el Convento de Santa Clara. Imagina cómo hace siglos vivían y rezaban aquí los monjes, mientras tú ahora disfrutas de la comodidad de un hotel moderno.

Mira a tu alrededor: el Parador está construido alrededor de un hermoso claustro renacentista, con elegantes columnas y arcos que crean un ambiente de tranquilidad. Al final del claustro hay una antigua iglesia que hoy funciona como comedor. ¿Alguna vez has comido en una iglesia? Aquí la historia cobra vida de una forma muy especial.

Si te apetece descansar, el Parador incluso ofrece una piscina al aire libre, ideal para relajarte después de un día explorando la ciudad. La combinación del encanto histórico con las comodidades actuales hace que este lugar sea único.

A solo unos pasos se encuentra la Plaza Mayor, el bullicioso centro de Trujillo. Aquí verás edificios impresionantes como el Palacio de la Conquista y la Casa de las Cadenas. En medio de la plaza está la estatua ecuestre de Francisco Pizarro, uno de los hijos más ilustres de la ciudad. ¿Sabías que Trujillo es la cuna de varios conquistadores? Esto convierte a la ciudad en un lugar fascinante lleno de historia.

Y si te apetece conectar con la naturaleza, el Parque Nacional Monfragüe está muy cerca. Es un paraíso para los amantes de la observación de aves, donde con algo de suerte podrás avistar águilas imperiales y buitres leonados.

Así que, el Parador de Trujillo no es solo un sitio para alojarte, sino un pedazo vivo de historia que te sumerge en el pasado mientras te brinda todas las comodidades que esperas.

Palacio de los Duques de San Carlos

Fíjate en la fachada de este palacio, el Palacio de los Duques de San Carlos en Trujillo. Fue construido a mediados del siglo XVI por Don Diego de Carvajal, un noble destacado de la zona. ¿Sabías que este palacio se alza sobre los restos de una antigua fortaleza visigoda? Eso le da al edificio una historia fascinante que se remonta a tiempos muy antiguos.

Lo más llamativo es el balcón en esquina con los escudos de las familias Vargas y Carvajal. Estas familias dejaron su huella aquí durante siglos y llegaron a ostentar el título de Duques de San Carlos, de ahí el nombre del palacio. Imagínate cómo sería vivir y gobernar en este lugar en aquella época.

Si observas bien, verás el patio interior rodeado por una galería con columnas jónicas, típico de la arquitectura renacentista, que crea una atmósfera especial de tranquilidad y elegancia. ¿Te has preguntado alguna vez cómo se construían estos palacios sin la tecnología moderna? Aquí se aprecia el gran nivel de artesanía y planificación que implicaba.

En el interior hay chimeneas de granito finamente talladas y una cisterna que antiguamente abastecía de agua. Por escaleras de caracol elegantes se accedía a las diferentes plantas, un diseño ingenioso que combina funcionalidad con estilo.

Hoy en día, el Palacio no solo es valorado como un edificio histórico, sino también como un espacio para eventos culturales. Es una parte viva de Trujillo que une pasado y presente. Así que, la próxima vez que pasees por la Plaza Mayor, recuerda: aquí la historia no solo ocurrió, sigue viva.

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